El primer recuerdo que tengo de esta tarta es qué la hacía Conchi, una amiga de mis padres, cada vez que íbamos a su casa a cenar.
A mi no me hacía mucha gracia de pequeña, pero ahora me encanta.
Mi hermano era el que la devoraba de pequeño y más tarde, con la receta de mi tío, la hacía en casa.
La verdad es que ya la hace toda mi familia ¡Y somos un montón!
Al nombre de esta tarta le pasa como al de los pastelitos de arroz, que no sabemos exactamente de donde viene. Por qué se hacía con leche donde se había cocido el arroz, por qué se hacía con harina de arroz… o alguna razón parecida.
INGREDIENTES
· 2 Huevos
· 1 Yogur Natural (utilizamos el vaso del yogur como medidor para el resto de ingredientes)
· 2 vasos de Azúcar
· 2 vasos de Harina
· 4 vasos de Leche
EMPEZAMOS
Precalentamos el horno a 190º.
Unimos todos los ingredientes poco a poco.
Los huevos…
El yogur…
La leche…
El azúcar…
La harina tamizada.
La verdad es que no sirve de mucho tamizarla, pero lo hago por si acaso.
Siempre se quedan grumitos qué tendremos que quitar, lo que podamos, con el batidor.
Una vez tengamos la mezcla, lo más homogénea posible, lo vertemos sobre un molde al que le hayamos untado un poco de mantequilla.
Tampoco es necesario untar mantequilla, pero es una manía que tengo.
Horneamos a 200º durante 30 minutos.
He puesto el ventilador del horno, con calor arriba y abajo.
Al hornear se hincha, pero al sacarlo, a los pocos minutos se baja. No os asustéis. Es lo que le da esos bordes tan característicos.
Sabemos que está hecha cuando al tocar esta tersa y no se hunde.
Si queréis podéis hacer la prueba del pincho, ya sabéis que a mi no me funciona.
Opciones:
Esta vez he hecho solo la mitad de la receta y la ha tenido unos 20 minutos en el horno.
Si queréis que quede más dulce, más parecido a una quesada: Cuando queden 3 o 4 minutos de horneado, echar azúcar o azúcar con canela en polvo (mezclado) por encima y poner el gratinador del horno. Se quedará una capa de caramelo por encima.
También podéis echarle unas cucharadas de cacao en polvo, aunque para mi pierde la esencia del pastel de arroz.
Lo mejor es utilizar un molde en el que la tarta vaya a quedar un poco gruesa.
A mi me ha quedado finita, como de un centímetro más o menos, pero lo ideal es que sea el doble de alta.
Mi molde es de unos 25 cm., queda perfecto cuando hago la receta entera.
Los celíacos pueden sustituir la harina por Maizena. Para mi gusto no cambia mucho el sabor (quizá añadiría un poco más de azúcar), pero lo diferente es que se hincha mucho más.
Os dejo la prueba:
El pastel de arroz se llama así porque se utilizaba harina de arroz. Actualmente se utiliza harina de trigo que es más común en nuestros hogares.
Esta muy rica la tarta. Gracias por compartir tus experiencias y recuerdos con nosotros
¡De nada! Cuando me pase por tu casa, ya sabes lo que toca 😉
Kaixo Eneko, soy de Bilbo y he hecho la tarta de arroz mil veces pero siempre me queda supergrasienta y respeto las cantidades al pie de la letra. Cual puede ser el motivo? Eskerrik
Kaixo!! No entiendo porque te queda grasienta, ya que no lleva mantequilla ni aceite. No pongas mantequilla en el molde, utiliza papel vegetal, por si acaso es eso lo que lo engrasa. La otra opción es que se caramelice demasiado el azúcar y por eso parezca más grasiento. Utiliza menos azúcar. Lo intentas y me comentas a ver. ¡¡¡Un saludo!!!