Este es uno de los panes que más me gusta hacer, por que además de fácil de hacer tiene un resultado increíblemente bueno.

Esta receta es de la web Panarras, y como aparece en ella, es una de esas barras de pan con las que empezar a entender el funcionamiento del pan, con las que empezar a trabajar y a entender como funciona esto de las fermentaciones y las harinas.

Si os preguntáis por mi embarazo voy poco a poco, ya estoy de seis meses y aunque todavía no he vuelto a tener las mismas ganas de antes de entrar y trastear en la cocina, poco a poco voy empezando a tener ganas de hacer cositas, por lo que espero que cada vez tengáis más noticias mías.

 

INGREDIENTES

· 400 gr. Harina (más un poquito más para la mesa de trabajo)

· 320 gr. Agua

· 8 gr. de Sal

· 8 g de levadura fresca (o 2,7 g de levadura de panadería instantánea)

 

EMPEZAMOS

Lo más importante de esta receta es que el agua debe de estar fría, casi helada, a la hora de preparar la masa. Para eso pondremos el agua con hielos y después volveremos a pesar los 320 gr. que necesitamos.

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Mezclamos el agua helada con el resto de ingredientes en un bol, una vez que esta homogéneo seguimos amasando moviendo la masa de abajo hacia arriba. Tapamos con film transparente.

Metemos la mezcla en la nevera de 12 a 72 horas, lo que más os apetezca. Yo suelo hacerla de un día para otro, y en medio del tiempo de reposo le hago un pliegue, esto es, cojo la parte de abajo del bol y lo subo para arriba por uno de los laterales haciendo un pliegue en la masa.

Al sacar la masa de la nevera debemos de hacerle otro pliegue y dejarla a temperatura ambiente de 2 a 3 horas, hasta que aumente su tamaño. ¡Es el momento de fermentar!

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Volcamos la masa sobre la superficie de trabajo enharinada intentando no aplastarla mucho, para que eso no pase es importante tener una buena espátula con la que ayudarnos.

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La partimos en trozos dependiendo de cuantas barras queramos, yo suelo hacer 2 o 3. Intentar no aplastar mucho la masa. Añadir harina por encima y por debajo cuantas veces sea necesario para que no se peguen mucho.

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Cogemos cada uno de los trozos y los vamos estirando de los bordes dándole forma de barras. Tenemos que intentar no manipular mucho la masa para que no pierda las burbujas que tiene dentro.

Ponemos papel vegetal en la bandeja del horno, enharinamos un poco y ponemos las barras encima. Dejamos reposar unos 45 minutos tapadas con un trapo.

Precalentamos el horno al máximo, 250-275º.

Metemos las barras y horneamos en dos fases:
La primera es con vapor, para esto pondremos una fuente con agua en el fondo del horno (debajo de la bandeja donde está el pan) y hornearemos a máxima temperatura 10 minutos.
En la segunda fase retiramos la bandeja con agua que hemos usado para el vapor, bajamos la temperatura del horno a 230º y dejamos que se hornee el pan otros 15 minutos.

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Si queremos que la corteza se quede extracrujiente podemos dejar las barras en el horno una vez lo hayamos apagado un ratito más, unos 20 minutos. Sino podemos sacarlo y dejar enfriar un poco antes de comer. En mi opinión el momento perfecto para comerlo es cuando ya está a punto de estar frío del todo, no creo que sea un pan para comer en caliente.

Aguanta muy bien y es perfecto para comerlo al día siguiente como tostadas.