¡¡Pizza!!

¿A quien no le gusta?

Nosotros somos muy fans de la pizza. Es rápida de preparar, fácil de comer y ¡buenísima!

Al principio hacíamos como todo el mundo, comprarla en pizzerías. Después pasamos a la versión ‘Light’ del DIY (Do It Yourself / Háztelo tu mismo), esto es, comprar una pizza en el super y añadirle tus propios ingredientes para hacer que ‘abulte’ un poco más.

Un buen día me dio por mirar la receta de la masa por internet y empezamos a hacerla nosotros mismos. ¡Es facilísima!

Me suena que cogí la idea de Karlos Arguiñano y luego ha ido metamorfoseando hasta acabar de esta manera.

No hemos vuelto a comprar una pizza.

 

INGREDIENTES

· 200 gr. Harina

· 100 ml. Agua

· 1/2 cucharadita de sal

· 1 cucharada grande de Aceite de Oliva

· Especias (Nosotros: 1 cucharadita de orégano)

 

EMPEZAMOS

Echamos todos los ingredientes en un bol. Primero la harina, hacemos un hueco en el centro y añadimos todos los demás en ese agujero.

No añado levadura por que a nosotros nos gusta la masa muy muy fina, casi como pan de pita, y que quede crujiente, no esponjosa. Si queréis que levante un poco y sea más esponjosa, añadir una cucharadita rasa de levadura en polvo.

Yo empiezo a darle vueltas con un tenedor y después sigo con la mano.

Empiezo a amasar en el mismo bol y cuando la masa ya está compacta, no deja mancha ni en el bol ni en la mano, paso la masa a la encimera.

Debemos doblar la masa una y otra vez sobre si misma. Voy a utilizar referencias naúticas: primero doblamos de Sur a Norte, y después de Este a Oeste.

Hay que repetir las dobleces una y otra vez.

Al principio la masa es aspera, y cuando está bien amasada estará suave.

Le damos forma de bola, dejando la parte ‘fea’, lo que llamamos ‘costura’ en la parte de abajo.

La forma se le da con un ligero movimiento, poniendo las manos como las veis y girando la masa, para eso hay que mover las manos hacia delante y hacia atrás, primero una mano, luego la otra.

Una vez llegados a este punto, lo ideal es tapar la masa con film transparente y tenerla en la nevera al menos una hora. Cuanto más tiempo mejor, y dicen que dura varios días en la nevera, aunque en mi casa nunca dura tanto tiempo.

A veces, como nos apetece ‘de ya para ya’, nos la comemos recién hecha. Eso si, cuesta más amasarla.

 

Cuando vayamos a comerla, precalentamos el horno a 180º. No dejamos la rejilla dentro.

Mis trucos para estirar la masa son:

– Extenderla desde el centro hasta los bordes (sobretodo si la hago redonda)

– Estirar una cara, darle la vuelta y estirar la otra cara, darle la vuelta y estirar la otra cara…. y así sucesivamente.

Nosotros la hacemos rectangular, para hacerla más fina y aprovechamos la medida de la rejilla del horno.

Pongo un papel vegetal para coger la medida, así lo voy poniendo encima de la masa para saber si debo estirarla más o no.

Siempre la estiro un poquito más del papel, para poder hacerle unas pequeñas dobleces a modo de borde.

Colocamos la masa en el papel. Podemos ayudarnos con el rodillo para poder levantarla.

Y añadimos los ingredientes (Tomate, queso, ….)

Si tengo ayuda (otra persona) a veces añado los ingredientes sobre la encimera y luego, agarrando del papel, los pasamos a la rejilla. Sino, lo hago directamente sobre la rejilla del horno. No hay diferencia.

Vemos que esta hecha cuando el borde esté tostadito y crujiente.

 

Curiosidades:

· No amaso con harina en la encimera, por que no me hace falta, no se pega, y sino la pizza quedaría con textura enharinada, y no nos gusta, pero es personalizable.

· Le doy forma de bola antes de guardar en la nevera por que me parece que queda mejor cuando voy a utilizarla. No sé si funciona igual sin darle forma de bola, si lo hacéis, me comentáis.

· Si vamos a echar pollo (que haya sobrado del pollo asado o de unos filetes a la plancha) se puede echar un poco de curry a la masa. ¡Le queda genial!

· Un truquito, sobretodo si la hacéis con levadura. Para que se toste bien la masa y para que quede crujiente se puede poner la masa (con el papel vegetal) unos 2-3 minutos en el fondo del horno. ¡Cuidado no os queméis!. Luego lo ponéis en la rejilla.