Para empezar la semana os dejo esta receta super-sencilla que he hecho este fin de semana.
Me visitaban mi hermano y mi cuñada, y quería tener pan tierno para poder desayunar unas tostadas en condiciones.
Como tengo exceso de Harina de Fuerza en mi despensa, busqué una receta que utilizase esta harina y que además fuese lo más sencilla posible, sin muchos tiempos de levado para la masa.
La receta original es de PequeRecetas, pero como siempre, la hago a mi manera.
INGREDIENTES
· 500gr. Harina de Fuerza
· 8 gr. Levadura Seca de Panadero (ó 20gr. levadura fresca de panadero)
· 50gr. Aceite de Oliva
· 1 cucharada Azúcar
· 1 cucharada de Miel (una ración monodosis)
· 1 cucharadita de Sal
· 250ml. de leche templada
¡EMPEZAMOS!
En mi caso usaré el robot de cocina para amasar, pero también se puede hacer a mano, aunque lleve más tiempo.
Lo primero es poner la leche en el fondo del bol. Importante que la leche sea lo primero, para que la harina no se pegue tanto a los bordes y para poder disolver la levadura.
No suelo guardar la leche en la nevera, por eso la he metido solo 15 seg. en el microondas, para que se temple un poco. Si estuviese en la nevera meterla 30 seg. (depende de la potencia), hasta que esté un pelín calentita.
Y añadimos la levadura de panadería. Los sobres son de 5gr. así que he añadido uno y medio.
He utilizado levadura en polvo de panadería, es marrón, como en granitos. La compré de Royal, pero hay de diferentes marcas blancas, lo importante es que ponga que es de Panadería. Os dejo la foto del paquete por si os sirve de referencia.
Añadimos el aceite, el azúcar y la miel. Como en casa no usamos mucha miel la compro en monodosis.
Añadimos la sal y por último la Harina de Fuerza. Para esta receta tiene que ser de fuerza.
En este punto mi batidora-amasadora hace todo el trabajo. Si tenéis panificadora podéis usar la función de amasar, sino, pues a mano y con paciencia, poco a poco para que no se levante la harina y os ‘pringue’ toda la cocina. La mejor forma de amasar masa a mano, para mi, es la que utilizo para amasar la pizza, os dejó el enlace Aquí.
Tengo el robot MUM5 de Bosch. Estoy encantada, cuesta una pequeña fortuna pero un día os hablaré de todas sus ventajas, además lo cogí en Amazon por bastante menos de lo que suele costar.
Después de este momento de alabanzas a mi amasadora, sigo:
Cuando parezca que ya hemos amasado suficiente, amasarlo un poco más.
Estiramos un poco la masa, hacía todos los lados, para que quede redondo, y para que tenga más o menos las medidas del molde donde lo vayamos a colocar.
Aplicamos aceite en el molde con una brocha.
El siguiente paso es enrollar la masa como si estuviésemos haciendo un brazo de gitano (ya os pondré la receta), y lo metemos en el molde engrasado con la ‘costura’ (la parte fea, la unión) hacia abajo.
Tapamos con un trapo y dejamos levar, esto significa que la masa tiene que crecer. Hay que dejarlo el tiempo suficiente como para que la levadura haga su trabajo y la masa duplique su tamaño. En mi caso fueron unas dos horas.
En ese momento ponemos el horno a precalentar a 200º.
Pincelamos un poco de leche sobre la superficie. Esto hará que tenga los bordes más duros que la miga y que tenga ese color dorado tan bonito.
Metemos al horno 35 minutos, ni más ni menos.
Pasado ese tiempo lo sacamos y lo dejamos enfriar unos 20-30 minutos, con el molde, sobre una rejilla o un salvamanteles. Después podremos desmoldar (sale solo, al darle la vuelta).
¡¡Ya tenemos nuestro pan de molde!!
Curiosidades:
No es un pan ni dulce ni salado. Nosotros lo comimos tanto para acompañar las comidas como para desayunar tostadito con mantequilla y miel.
Se le pueden añadir frutos secos como nueces picadas o pipas, le quedaría genial.
Puede usarse para la merienda.
No tiene la caducidad infinita de los panes de molde prefabricados, pero aguanta tranquilamente una semana guardado en bolsa de plástico o tela.
Es importante que el molde sea rígido, sobretodo para guardar la forma durante el levado y el horneado. Este molde mide 25’5cm. x 11cm.